Una lengua es un hecho social, está en contexto y en contacto con otras lenguas, con otras variedades, pero sobre todo una lengua es de sus hablantes.
En un contexto multilingüe, como es el caso de la ciudad de Montreal, donde existen dos lenguas oficiales y lenguas minoritarias que son reconocidas, los inmigrantes estamos a menudo implicados en conflictivos procesos de negociación entre el aprendizaje y el uso de las lenguas oficiales y la conservación y transmisión de la lengua de herencia a nuestros descendientes.
En tanto migrantes, los sujetos desarrollan una identidad diversa y compleja con símbolos, valores, prácticas, estilos de vida, entre otros, de ambas partes, la sociedad de acogida y la sociedad de origen. Podemos decir que el sujeto se reinventa en sus roles, se remodela como haríamos con una masa a la que se le añaden ingredientes.
La familia acompaña durante este proceso de integración. Los padres, en nuestro caso hispanohablantes, se verán frente a un doble desafío: por un lado, asegurar la continuidad de su propia cultura transmitiéndosela a sus hijos y por otro lado favorecer su integración social. La familia de inmigrantes se enfrenta ante la necesidad, muchas veces afectiva, de preservar y mantener su lengua. Reivindicar la identidad lingüística es un vínculo clave que apela a las raíces y es inseparable de la cultura.
Tanto para los padres como para los hijos el contexto multilingüe incide en el entorno íntimo y familiar, donde emergen conflictos y tensiones por la construcción de identidades: ¿Qué lengua aprender, qué lengua usar, qué lengua me identifica?
El porcentaje de familias mixtas en Montreal es alto. Según el último censo de Estadísticas Canadá de 2016, el español es la tercera lengua más hablada en hogares después del árabe y el mandarín. En estos contextos familiares donde uno de los padres habla francés o inglés como lengua materna y el otro español, los hijos se educan en una de las dos lenguas oficiales y no suele ser el español la lengua que los niños sienten como propia, reduciendo así su uso.
La lengua de herencia, en nuestro caso el español, permite a los niños :
- Reforzar su identidad
- Experimentar orgullo y sentimiento de pertenencia
- Tender puentes entre sus orígenes y la cultura quebequense
- Aumentar la estima y la confianza en sí mismos
- Facilitar el aprendizaje de otras lenguas
- Conservar y reforzar los vínculos intergeneracionales en el seno de la familia (a menudo multicultural)
Así mismo, el hecho que los niños y jóvenes inmigrantes tengan un mejor dominio de la lengua de herencia y se identifiquen con las raíces culturales de sus ancestros tiene un impacto positivo tanto en Quebec como en Canadá ya que estos sujetos serán capaces de:
- Facilitar su propia integración y potenciar sus logros escolares y académicos.
- Construir una sociedad sostenida desde la diversidad.
- Desarrollar nuevas colaboraciones artísticas y académicas entre Quebec, Canadá y los países de América Latina.
- Participar de los crecientes intercambios comerciales entre Quebec y América Latina.
En resumen, conservar y transmitir la lengua y la cultura de origen juega un rol esencial para obtener logros académicos y para el bienestar psicosocial del individuo que, a menudo, da pruebas de una mayor apertura y tolerancia hacia los otros y que cuenta con dicha herramienta con la cual reforzará su integración social en la sociedad de acogida.
Esta transmisión cultural y lingüística comienza en el hogar, donde los hijos van a desarrollar y adquirir la competencia del habla. Para que los niños desarrollen las otras competencias de la lengua, es necesario que la estudien e interactúen en espacios de socialización más amplios que el del hogar.
Acerca de las variedades de una lengua y sus valoraciones.
Cuando las lenguas entran en contacto se suscitan conflictos entre ellas por los juicios de valor, los criterios de uso, las representaciones que de ellas tienen los hablantes. Así mismo, entre las variedades de un mismo idioma también se producen fricciones.
Para el caso del español, por ejemplo, sabemos que existen las variedades latinoamericanas (los diferentes usos y hablas de los países de América Latina) y la variedad peninsular. Esta última es vista como la norma correcta, la variedad estándar, y goza de legitimidad y prestigio. Sin embargo, las percepciones y conceptos que los hablantes tienen de la variedad central o de las variedades latinoamericanas están moldeadas por el prestigio social, cultural, político y económico de los hablantes de una u otra variedad. (Moreno Fernández, 2009).
Los propios hablantes pueden tener una multiplicidad de actitudes y valoraciones positivas o negativas que contribuyen a mantener o a transformar el entorno socio-lingüístico en el que habitan. Las acciones o comportamientos de los usuarios de las lenguas no son naturales, sino que responden a ideologías lingüísticas. La ideología lingüística, como lo explica José del Valle (2007), son sistemas que articulan nociones del lenguaje, lenguas, hablas y/o las comunicaciones con formaciones culturales, políticas y/o sociales específicas. Es decir que a través de una ideología lingüística se liga lo lingüístico con un orden extralingüístico –el orden social-, naturalizándolo y normalizándolo (José del Valle y Victor Merinho, 2016). Estas ideologías responden a los intereses de grupos sociales concretos y el valor que se le atribuye a una u otra variedad refleja las creencias dominantes que circulan acerca del grupo social que habla dicha variedad independientemente de su funcionalidad lingüística.
Programa español lengua de herencia de Legados
Desde Legados nos dimos a la tarea de crear un programa de español lengua de herencia, sabiendo que el legado lingüístico es un capital valioso que reafirma las identidades latino-canadienses de las nuevas generaciones, y que no hay en Montreal una propuesta adaptada a nuestras necesidades como comunidades latinoamericanas. Somos pioneros en esto.
Trabajamos por el reforzamiento de todas las variedades lingüísticas con un acento en la revalorización de las variedades latinoamericanas, porque representan nuestra identidad cultural. Son estas las que hablamos en nuestros hogares. Los aprendientes necesitan generar un sentido de valoración de su propia variedad, y desarrollar un oído hacia todas las variedades así como aumentar el conocimiento de las diversas comunidades de habla.
Perfil lingüístico de los hablantes de lengua de herencia
- Un alto nivel de comprensión y producción oral en contextos informales y cotidianos.
- Un bajo nivel de comprensión y producción oral y escrita en contextos formales y académicos.
- Un bajo desarrollo en determinados campos léxicos.
- Dificultad para la adecuación contextual o de registro.
- Cierta falta de conocimiento explícito de la gramática y su metalenguaje.
- Baja producción y pertinencia lingüística de textos escritos.
Los chicos latino-canadienses en la clase de español de Legados van a poder desarrollar todas las competencias de la lengua a través de un programa artístico y cultural. Enseñamos a través de la literatura, las artes y las culturas de los países de América Latina.
Nuevo enfoque de enseñanza para hablantes de lengua de herencia:
- Cursos y materiales que satisfagan las necesidades lingüísticas y culturales de los hablantes de español como lengua de herencia.
- Cursos y materiales que garanticen la adquisición de competencias lingüísticas formales y académicas en español.
- Cursos que se adapten a la diversidad de niveles de los hablantes en base a sus debilidades y fortalezas lingüísticas.
- Cursos que se adapten a las necesidades pedagógicas específicas de los hablantes de español como lengua de herencia.
- Profesores capacitados para reconocer estas necesidades.
Los objetivos del programa de español como lengua de herencia son:
- Valorar el español como una herramienta de desarrollo socio-afectivo.
- Priorizar las destrezas comunicativas y lingüísticas correspondientes a los ámbitos académicos y profesionales y otros contextos formales.
- Desarrollar competencias de escritura en diferentes géneros y utilizando diferentes registros.
- Ampliar los campos semánticos y el léxico.
- Desarrollar sensibilidad hacia y corregir las interferencias de las otras lenguas (francés e inglés).
- Introducirse a conceptos gramaticales del español.
Cada quien llega a Legados con sus propias trayectorias, hablas y memorias provenientes de distintos orígenes. Juntos hacemos de la diversidad una experiencia intercultural donde abrazamos las diferencias de las identidades que nos habitan. Y aquí estamos apropiándonos de nuestra cultura y creando juntos en español.
Así se va armando un tejido de palabras e historias que nos llegan bajo miradas abiertas. Y sabemos profundamente que con nuestro trabajo materializamos un legítimo deseo de entrenar a los niños a que no cierren los ojos, a que aprendan a leer el mundo de una manera más empática hacia las cosas y los seres cercanos y lejanos que nos rodean. En definitiva, eso es aprender y enseñar una lengua.